miércoles, 21 de octubre de 2009

Seguridad emocional

Por desgracia, oigo muchas veces que no se presta mucha atención a la parte emocional de la relación, y que se producen daños psicológicos y emocionales importantes.

No será fácil abordar este tema, puesto que cada uno de nosotros tiene sus propios mecanismos de defensa para no dañarse, y lo que a uno le vale a otro no. Sin embargo, hay veces que nos ayuda a elaborar nuevas herramientas de protección el leer otras experiencias u otras opiniones sobre la seguridad. Lo que pretendo es dar un toque de atención sobre lo importante que es este tipo de seguridad para poder tener una relación Bdsm sana y sensata.

Creo que lo más importante para salir indemne de una relación, es saber lo que queremos y lo que somos. Qué es ser sumisa, y Dominante. ¿Soy sumisa? ¿Soy Dominante? ¿Sé claramente lo que significa? ¿Soy capaz de afrontar las consecuencias de serlo? ¿Realmente deseo incorporarlo a mi vida? Son preguntas que hay que plantearse y resolver antes de iniciar nada. Hay muchas preguntas, asumirse como sumisa o como Dominante no es fácil, en muchos casos hay conflictos internos que resolver y que nos enfrentarán a creencias y normas que teníamos de antes. Todo esto debería ser cuestionado al principio, y una vez contestado con total sinceridad ante nosotros mismos, y asumido, seguir adelante. Si esto se hiciera más a menudo, no habría tanto dolor como nos encontramos.

Otro aspecto muy importante es tener claras nuestras expectativas ante la relación. ¿Queremos algo más que una relación estrictamente Bdsm? ¿Qué buscamos exactamente en el otro? ¿Es una excusa para encontrar pareja, para paliar la soledad? ¿Una de las partes espera mucho más de la relación que otro? Hay rencor y dolor previo? También hay que preguntarse todo esto, y hacer una introspección de vez en cuando para reconsiderar estas cuestiones y poder posicionarnos ante nosotros mismos y nuestras expectativas e ilusiones, que cambian a medida que la relación avanza.

No olvidemos eso último, es decir, que la relación avanza y con ella nosotros, vamos conociéndonos mutuamente, y es bastante frecuente que nos demos cuenta de que no es lo que creíamos. Al principio de una relación todos damos lo mejor de nosotros mismos, nos volcamos para conseguir lo que deseamos, y eso se traduce en sonrisas, palabras seductoras, atención extraordinaria, tiempo dedicado… y poco a poco, a media que logramos y conseguimos lo que queremos, bajamos la guardia, damos por seguro que ya lo tenemos. Aconsejaría que no fuera así, que fuéramos conscientes de lo que estamos dando y que luego quitamos, y que, en la mayoría de los casos, es el detonante para el descontento y la frustración. Toda relación hay que alimentarla día a día.

A medida que la relación se estabiliza y se consolida, es inevitable que la sumisa se implique, en general, emocionalmente mucho más que el Dominante, de alguna manera es inherente a la entrega. Se crean nuevas expectativas que pueden generar sufrimiento. Creo que hablarlo con honestidad puede evitar parte de ese sufrimiento, pues se le da la perspectiva real a las emociones y sentimientos, evitando, a la larga, males mayores.

No me cansaré de repetir lo mismo una y otra vez, es en nuestro propio beneficio: prudencia, paciencia, comunicación y sinceridad, con ellas podemos crear una relación real y segura.